Brooklyn
Clotilde Arias arrived in New York City in 1923, in a decade when many of the defining features of modern American mass culture emerged, including spectator sports, radio, and talking pictures. It was also a time when a new generation of artists, writers, musicians, and actors flourished. This is the period of the Harlem Renaissance, and when Broadway came of age, with Times Square full of lights and advertising. The cultural environment was tailor-made for her, and her knowledge and talent as a composer and translator gave her an entry into many of the arts projects then developing.
Arias intended to study music. In 1929 she married José Anduaga, a Peruvian artist and designer from Iquitos whom she met in New York and with whom she had a son, Roger. They lived in 267 Park Street in Brooklyn. In many of her personal papers she described how difficult life was and how she had to abandon her studies to help support the family.
Arias mastered multitasking at a time when women commonly did not work outside the home. Throughout her life she wore many hats: translator, composer, musician, journalist, copywriter, activist, educator, and of course, mother. She was sometimes all of them at the same time.
Clotilde Arias llegó a la ciudad de Nueva York en 1923, en una década en la que surgieron muchas de las manifestaciones que iban a definir la cultura moderna y popular de los Estados Unidos: los deportes para espectadores, la radio y el cine parlante. También fue una época en la que floreció una nueva generación de artistas, escritores, músicos y actores. Este es el período del Renacimiento de Harlem, y el desarrollo de Broadway, con Times Square colmado de luces y anuncios publicitarios. Ese entorno cultural parecía estar hecho a la medida de Clotilde Arias, y sus conocimientos y talento como compositora y traductora le permitieron integrarse a muchos de los proyectos artísticos en curso.
Clotilde Arias quería estudiar música. En 1929 contrajo matrimonio con José Anduaga, un artista y diseñador peruano, también de Iquitos, que había conocido en Nueva York y con quien tuvo un hijo, Roger. Vivieron en Brooklyn, en el número 267 de Park Street. En muchos de sus documentos personales, Arias describe lo difícil que era la vida en aquel momento y cómo tuvo que dejar sus estudios para mantener a la familia.
Arias fue experta en multitareas, en una época en que, por lo general, las mujeres no trabajaban fuera de la casa. A lo largo de toda su vida desempeñó con éxito en muchas actividades profesionales y familiares: traductora, compositora, pianista, periodista, redactora creativa, activista, educadora y, por supuesto, madre. En algunas ocasiones, se ocupó de todas estas actividades simultáneamente.